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Inteligencia Emocional: Alternativa de cambio para los lanzadores de Béisbol (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4

"…Los vi sobre el terreno, los palcos vitoreando
¡Cuba, Cuba, Cuba!, como un estadio nuestro, entonces la
isla y el béisbol: la misma arcilla, y el poeta
pidiéndoles "hagan juego, señores, hagan
juego".

Omar Valiño

El béisbol exige de los jugadores el desarrollo
de la precisión, rapidez, concentración, memoria y
pensamiento; teniendo en cuenta su carácter imprevisible y
estratégico. Es por ello que en los juegos de
béisbol se aprecian ansiedades, tensiones, que pueden
afectar el rendimiento y desarrollo personal de los jugadores, en
dependencia de cómo sean manejados dichos estados
psíquicos.

Desde el principio hasta el final del partido, el juego
gira alrededor de la acción del lanzador. Es éste
quien tiene la primera oportunidad de retirar al bateador y de
él dependen las acciones ofensivas y defensivas del juego,
por lo que podemos apreciar la posición sumamente compleja
que ocupa.

Características como una buena
constitución física, fortaleza muscular y reserva
de energías, son esenciales para el lanzador. Una estatura
alrededor de 183 cm., un peso aproximado de 86 Kg., brazos y
manos grandes para un mejor agarre de la pelota, constituyen
condiciones adicionales que lo favorecen.

El juego de béisbol le demanda además del
esfuerzo físico una gran actividad mental, lo que precisa
el desarrollo de los procesos cognitivos de percepción,
atención, memoria, pensamiento, teniendo en cuenta que
tiene que conciliar factores básicos como el control, el
agarre de la pelota, rapidez y dirección en la
rotación, punto de referencia y movilidad, entre
otros.

A partir del acercamiento a dichos requerimientos
emergen cuestiones importantes tales como, el nivel de
preparación alcanzado por el lanzador para la competencia,
o estado de forma deportiva, donde se integran:
preparación física, técnica, táctica
y psicológica y con ello el dominio profundo de la
técnica de los movimientos, una buena mecánica en
la ejecución, dominio, control, desarrollo de los
distintos lanzamientos (básicos y especiales), así
como su autocontrol emocional, autoconfianza, los que
determinarán la calidad de su trabajo frente al bateador,
partiendo del análisis de los resultados que obtiene con
cada uno de sus lanzamientos.

17 Guía Oficial de Béisbol 47 Serie
Nacional de Béisbol. Editorial Deportes, La Habana,
2007.

Además de la velocidad y variedad de los
lanzamientos como factores primordiales para la selección
de los lanzadores; el control que logren alcanzar es fundamental,
por cuanto les permite enfocarse en el objetivo a cumplir y
realizar el lanzamiento con un propósito determinado,
dirigiendo toda su capacidad mental hacia éste. Dicha
habilidad debe ser desarrollada, permitiéndoles maniobrar
sus acciones adecuadamente en función del dominio de los
bateadores.

Teniendo en cuenta su proximidad al bateador tiene muy
poco tiempo para reaccionar y debe anticiparse a la jugada
pensando todo el tiempo que van a batear por su posición,
completando sus movimientos de modo tal que le permitan caer en
una posición balanceada para salir en cualquier
dirección a fildear una bola, realizar la asistencia, o
cubrir una base, además de la atención que debe
prestar a los corredores para evitar su desplazamiento por las
bases.

Los juegos de béisbol se desarrollan bajo una
elevada carga psíquica, dado por las situaciones
imprevistas, las reacciones emocionales de ambos equipos, el
comportamiento del público en los estadios, las decisiones
arbitrales en ocasiones polémicas, proliferando aún
más en la figura del lanzador, por cuanto en él se
deposita (por parte de la dirección del equipo, de sus
compañeros, de los aficionados) la mayor responsabilidad
de los triunfos o las derrotas, lo cual sin lugar a dudas puede
crear en éste estrés, ansiedad, depresión,
frustraciones, autovaloración inadecuada; situaciones de
índole psicológica que deben ser manejadas
adecuadamente para no afectar su rendimiento y salud
mental.

La forma de evaluar el rendimiento del lanzador en
juegos ganados y perdidos, trae consigo que se le adjudique el
protagonismo en el partido. Aunque al ser un deporte de equipo
intervienen disímiles factores en los resultados que se
obtienen, en él recaen mayormente las reacciones del
público cuando no realiza la labor que se esperaba. De
igual forma, cuando la mayor cantidad de espectadores simpatizan
con el equipo contrario, una muestra de ser leal a éste es
tratando de desconcentrar al lanzador.

Cada lanzamiento realizado por éste es evaluado
por los árbitros, y esto genera desacuerdos y
contradicciones en ocasiones, lo cual también puede
repercutir directamente en la actuación del lanzador, en
dependencia de cómo éste sea capaz de manejar
dichas situaciones.

La relación que se establece entre lanzador y
receptor (jugador que tiene la función de recibir los
lanzamientos del lanzador), es determinante para imprimirle
calidad al trabajo del lanzador. A través de esta
comunicación se definen los lanzamientos. Es tarea de
ambos orientarse y guiarse, por lo que se requiere de una buena
comprensión y comunicación entre ellos. Cuando no
se logra y tienen lugar contradicciones y discrepancias entre
estos jugadores, la actuación del lanzador puede verse
afectada.

La idea de cometer un error, ser "bateado", o perder un
juego para su equipo ante gran cantidad de personas que asisten a
los estadios o ven los juegos por televisión, las
vivencias de fracasos; imponen gran intensidad, esfuerzo
físico y psíquico al trabajo del lanzador de
béisbol.

En el caso de los lanzadores abridores (aquellos que
comienzan el juego) asumen la función de pasar la mayor
cantidad de entradas posibles dominando a los bateadores, y
tratar de no permitir carreras al equipo contrario.

Muchas veces el lanzador abridor no puede cumplir
cabalmente dicha función; es entonces cuando se le asigna
la decisiva tarea de terminar el encuentro preservando la
victoria para su equipo al lanzador relevista quien entra a la
competencia en condiciones de "salvar el juego", por lo general
en momentos en que existe la posibilidad de la ventaja para el
otro equipo, pues hay corredores en las bases, o cuando ya la
ventaja es un hecho. Es decir que su desempeño
influirá en el resultado de la competencia en momentos de
mayor complejidad.

En este sentido queremos patentizar que desde el punto
de vista psicológico el lanzador tiene más
posibilidades de perturbarse y por consiguiente afectar su
rendimiento o viceversa, lo cual lo sitúa en la
posición más comprometida en el juego de
béisbol.

Ello nos conlleva a valorar la importancia del
desarrollo de la inteligencia emocional en estos jugadores, de
modo que estimule su rendimiento y desarrollo
personal.

1.4 Inteligencia Emocional.
Consideraciones.

"Tú has sido un hombre capaz de aceptar con igual
semblante los premios y los reveses de fortuna. Dame un hombre
que no sea esclavo de sus pasiones y lo colocaré en el
centro de mi corazón. ¡Ay! En el centro de mi
corazón, como hago contigo…"

Hamlet a su amigo Horacio

Desde los tiempos de Platón, el autodominio, el
ser capaces de soportar las tormentas emocionales, ha sido
elogiado como una virtud. La antigua palabra griega que lo
definía era sophrosyne: cuidado e inteligencia para
producir la propia vida, un equilibrio y sabiduría
templados. 18

Charles Darwin indicó en sus trabajos la
importancia de la expresión emocional para la
supervivencia y la adaptación. 19

En la literatura psicológica el término
inteligencia emocional aparece en el año 1990, en un
escrito de los psicólogos americanos Peter Salovey y John
Mayer. Sin embargo, fue con la publicación del best seller
La Inteligencia Emocional (1995) de Daniel Goleman que el
concepto se difundió rápidamente. A esta
publicación le siguieron otras del mismo autor como: La
práctica de la Inteligencia Emocional (1996) y Trabajando
con la Inteligencia Emocional (1998).

La inteligencia, que proviene del latín
"intelligentia" significa según el diccionario Larrouse:
capacidad de entender, comprender, resolver problemas, habilidad,
destreza, experiencia.

Sin embargo desde la perspectiva psicológica los
conceptos de inteligencia no gozan de un consenso general y ha
sido estudiada desde diversos enfoques, los cuales se diferencian
al hacer énfasis en distintas concepciones sobre la
estructura y el carácter, así como en elementos
determinantes como la cultura, los componentes genéticos,
procesos del desarrollo, entre otros.

Uno de los enfoques más difundidos: el
psicométrico, propone la comprensión de la
inteligencia a partir de su estructura o composición,
centrándose en entender las capacidades en términos
de factores y estructuras mentales estáticas a las que
consideran responsables de las diferencias individuales en el
rendimiento observadas a través de los tests de
inteligencia. En este sentido se apoya la idea del
carácter único o general de
inteligencia.20

Como respuesta complementaria a esta perspectiva el
Enfoque del Procesamiento de la Información plantea como
objetivos, en lugar de estos análisis factoriales, los
procesos que subyacen en la conducta inteligente, aportando
información acerca estos, que constituyen el rendimiento
inteligente, las estrategias combinadas que se emplean y su forma
de organización.

La visión de Gardner se contrapone a
éstas, ofreciéndole un carácter pluralista a
la inteligencia e incluyendo un repertorio de capacidades
más universales (aspectos de la inteligencia espacial,
tareas de relevancia en la vida cotidiana) no incluidas en el
espacio de la psicometría.

En lo relacionado a los determinantes de las capacidades
se observan dos vertientes: una que defiende el corte innatista
considerando la inteligencia como resultado de la acción
genética, es decir, predeterminada en los niveles de
desarrollo a alcanzar, y la otra que respalda los factores
ambientales o contextuales, considerando la inteligencia como
emergente de los intercambios con el medio y la educación,
donde cobran un interés singular los aportes de Vigotsky,
al resaltar las capacidades humanas sociales por su naturaleza,
producto de la relación histórico-social, por lo
que la relación del niño con los objetos del
conocimiento está mediatizada por las relaciones que
establece con los adultos y otros niños, y sólo
después esta relación está mediatizada por
los conocimientos propios y las representaciones mentales que se
estructuran y reestructuran durante todo el proceso de
apropiación de la cultura. 21

18 Bello Zoe, Estévez Nancy. Selección
de Lecturas de Inteligencia Humana. Tomo I. Editorial
Félix Varela, La Habana,

2005.

19 Goleman Daniel. La Inteligencia Emocional, Javier
Vergara Editor, México, 1996.

20 Bello Zoe, Estévez Nancy. Selección
de Lecturas de Inteligencia Humana. Tomo I. Editorial
Félix Varela, La Habana,

2005.

Consideramos pertinente este análisis, por cuanto
pone el énfasis para la comprensión de la
inteligencia, en la necesaria vinculación entre
componentes cognoscitivos y afectivos de la personalidad en estas
formaciones, a través de la interacción social,
para que pueda constituir un factor de éxito.

Por lo que de manera general el término
inteligencia está asociado al éxito que en alguna
medida se obtiene en la realización de una actividad y en
este sentido se ajusta a un criterio de valor en tanto lo que es
exitoso no es sancionado socialmente. Es decir que la
inteligencia puede ser entendida como "la realización
exitosa de una o varias actividades encaminadas esencialmente a
la asimilación de la cultura o la obtención de un
producto valorado socialmente". 22

A partir de los estudios de Goleman, se ha llamado la
atención sobre la importancia del tema emocional en las
investigaciones sobre la inteligencia, considerando la vida
emocional como un ámbito que puede ser manejado con mayor
o menor destreza y requiere un conjunto de habilidades singulares
que le permitirán al sujeto enfrentarse con éxito a
situaciones de la vida cotidiana.

La emoción del latín "emótio" que
viene del verbo "motere" que significa mover, es definida por la
Real Academia Española como la excitación repentina
del ánimo.23

Las emociones son, en esencia, impulsos que nos llevan a
actuar. La misma raíz etimológica de la palabra
emoción proviene del verbo latino movere (moverse)
más el prefijo -e-, significando algo así como
(movimiento hacia) y sugiriendo, de ese modo, que en toda
emoción hay implícita una tendencia a la
acción. 24

"Los fenómenos emocionales constituyen la
reacción de respuesta de la personalidad, del organismo,
ante una situación existente o posible, que favorece o no
a su actividad vital, y que se corresponde o no con sus normas y
orientaciones de valor."25 Esta definición nos permite
comprender que el surgimiento de las emociones está
determinado en gran medida por las variaciones situacionales del
medio circundante.

Las emociones, han sido vistas como reacciones afectivas
de aparición brusca, de gran intensidad, de
carácter transitorio y acompañadas de cambios
somáticos ostensibles. Se presentan ante una
situación de emergencia o ante estímulos de
carácter sorpresivo o de gran intensidad. Constituyen
elementos imprescindibles para el autoconocimiento y la
autoconservación que nos conectan profundamente con
nosotros mismos.26

Al decir de Goleman las emociones se pueden considerar
en términos de familias y dimensiones. De acuerdo con la
agrupación que realiza, las principales familias con los
respectivos miembros de éstas son:

Ira: rabia, enojo, resentimiento, furia,
exasperación, indignación, soledad, irritabilidad,
hostilidad, y en caso extremo, odio y violencia.

Miedo: ansiedad, preocupación, temor,
inquietud, desasosiego, incertidumbre, nerviosismo, angustia,
susto, terror, en caso psicopatológico, fobia y
pánico.

Alegría: felicidad, gozo, deleite,
tranquilidad, diversión, estremecimiento,
satisfacción, euforia, éxtasis.

21 Ídem.

22 Ídem.

23 Martínez Gómez Cristóbal.
Consideraciones sobre Inteligencia Emocional. Editorial
Científico Técnica, La Habana,

2008.

24 Goleman Daniel. La Inteligencia Emocional, Javier
Vergara Editor, México, 1996.

25 Colectivo de autores. Problemas teóricos
de la psicología de la personalidad. Editorial Orbe, La
Habana, 1980.

26 Martínez Gómez Cristóbal.
Consideraciones sobre Inteligencia Emocional. Editorial
Científico Técnica, La Habana,
2008.

Amor: aceptación, cordialidad, confianza,
amabilidad, afinidad, devoción, adoración,
enamoramiento.

Sorpresa: sobresalto, asombro, desconcierto,
admiración.

Aversión: desprecio, desdén,
displicencia, asco, antipatía, disgusto,
repugnancia.

Vergüenza: culpa, perplejidad,
remordimiento, humillación, pesar,
aflicción.

Cada una de estas familias se agrupa en torno a un
núcleo fundamental a partir de la cual se derivan las
restantes emociones a modo de olas. 27

Dichas "olas" se refieren a los estados de ánimo,
los cuales son más variables y perduran más tiempo
que las emociones; los temperamentos, que se definen por las
tendencias del sujeto a evocar determinadas emociones o estados
de ánimo que lo convierten en una persona con un
temperamento especialmente melancólico, colérico,
flemático o sanguíneo; y finalmente los
desórdenes emocionales como la depresión o ansiedad
continua, en los que se puede apreciar mayor intensidad y
duración.

A diferencia de las emociones, los sentimientos son
estados afectivos de menor intensidad, lenta aparición,
carácter más constante y no se acompañan de
cambios somáticos ostensibles. Estos son el resultado del
desarrollo y la fijación de estados afectivos estables,
determinados en gran medida por la historia personal del
sujeto.

Las emociones y sentimientos ofrecen una relación
de continuidad, lo cual hace que coincidan emociones y
sentimientos del mismo nombre, pero conceptualmente diferentes,
teniendo en cuenta los criterios anteriormente
expuestos.

No obstante, ambos le otorgan a la conducta humana gran
flexibilidad, teniendo en cuenta que el individuo actúa
bajo la presión de estos, por lo que adquieren importancia
motivadora de actitudes y acciones concretas, apareciendo como
impulsos internos hacia la actividad, en tanto,
manifestación de las necesidades de la
personalidad.

Según S. L. Rubinstein "en los procesos
emocionales se establece un vínculo, una
interrelación entre el transcurso de los acontecimientos,
que se efectúa de acuerdo o en contra de las necesidades
del individuo, y el transcurso de su actividad, dirigida a la
satisfacción de estas necesidades" 28 por lo que su
importancia se relaciona además con funciones reguladoras,
correctoras.

A partir de estas consideraciones se aprecia la
relación recíproca entre los estados emocionales
del sujeto y su actuación, lo que confirma la necesidad
del desarrollo de la inteligencia emocional para enfrentarse
exitosamente a sus actividades.

Salovey y Mayer (1990) definen la inteligencia emocional
como "la capacidad de regular los sentimientos de uno mismo y de
los demás, y utilizarlos como guía del pensamiento
y la acción."29

Para Goleman, quien profundizó en los estudios
comenzados por estos teóricos, el término
inteligencia emocional tiene que ver con "la capacidad de
reconocer los propios sentimientos y los de los demás,
motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos
con los demás y con nosotros mismos." 30

Es decir, que el término integra un conjunto de
características como: ser capaz de motivarse, persistir
frente a las decepciones, regular el humor, mostrar
empatía, controlar los impulsos. Es la inteligencia
emocional, mediadora entre lo emocional y lo intelectual en
función del desarrollo armónico del individuo,
cuestión de gran importancia, teniendo en cuenta no solo
la unidad entre emociones e intelecto que tiene lugar en la
personalidad del sujeto, sino la unidad de lo afectivo o
emocional y lo intelectual dentro de las emociones mismas. Es
decir que estos elementos (capacidades emocionales y capacidades
cognoscitivas) no se contraponen, sino que se interrelacionan en
forma dinámica.

27 Goleman Daniel. La Inteligencia Emocional, Javier
Vergara Editor, México, 1996.

28 Colectivo de autores. Problemas teóricos
de la psicología de la personalidad. Editorial Orbe, La
Habana, 1980.

29 Martínez Gómez Cristóbal.
Consideraciones sobre Inteligencia Emocional. Editorial
Científico Técnica, La Habana,

2008.

30 Ídem

Es primordial comprender que la inteligencia emocional
no es un parámetro marcado desde nuestro nacimiento, sino
que tiene un carácter aprensible, es posible
desarrollarla, fomentarla.

A partir de estas ideas pudiéramos aproximarnos
con mayor precisión a las siguientes interrogantes:
¿Cómo utilizar las emociones inteligentemente?
¿Qué implica ser un individuo emocionalmente
inteligente?

Ser un individuo emocionalmente inteligente supone el
manejo de un conjunto de habilidades como poseer un gran
conocimiento de sí mismo, reconocer por tanto sus
emociones, sentimientos e interrelaciones, ser consciente de sus
capacidades y posibilidades reales, establecer metas en
correspondencia con éstas, acomodar sus expectativas
manteniendo un adecuado nivel de felicidad personal y
relacional.

Implica habilidades y capacidades, tales como la
autorregulación y el autocontrol a partir del aprendizaje
del manejo de los estados internos, impulsos y emociones en
función de facilitar la tarea, beneficiando los resultados
esperados de la actividad.

Significa ser capaces de aceptar la responsabilidad del
desempeño personal. Son también
características; la adaptabilidad y flexibilidad ante los
cambios; la empatía, al ser capaces de captar
sentimientos, necesidades e intereses de los otros.

Cumple también un papel importante la
motivación, cuando el individuo se esfuerza por mejorar o
satisfacer un determinado criterio de excelencia, estando
consciente de los puntos débiles y fuertes, manteniendo
una actitud positiva, y al mismo tiempo realista de sus
posibilidades.

Finalmente, habilidades sociales como la influencia, la
comunicación, el liderazgo, la resolución de
conflictos, la colaboración, cooperación y
capacidad de trabajo en equipo, caracterizan la inteligencia
emocional en un individuo.

En resumen, partiendo de los preceptos que ofrece
Goleman, la inteligencia emocional determina la capacidad
potencial de la cual se dispone para aprender las habilidades
prácticas basadas en los elementos compositivos
siguientes:

§ Conciencia de uno
mismo:
Atención continua a los propios estados
internos, conciencia autoreflexiva en la que la mente se ocupa de
observar e investigar la experiencia misma, incluidas las
emociones. Capacidad de identificar las emociones y sentimientos
en el mismo momento que aparecen, de modo tal que posibilite la
comprensión de uno mismo y el uso de las preferencias
propias para guiar la toma de decisiones, basada en una
evaluación realista de las capacidades y una
sensación asentada de confianza en uno mismo.

§
Autorregulación: Capacidad para el manejo adecuado
de las emociones y los impulsos conflictivos, es deshacerse de
los estados de ánimos negativos. Control de los estados,
impulsos y recursos internos responsable y flexiblemente en
función de facilitar la tarea que se lleva a cabo
beneficiando los resultados esperados de la actividad.

§
Motivación: Uso de los preferencias más
profundas para encaminarse hacia los objetivos, ayudarse a tomar
iniciativas, ser más eficaces y perseverantes a pesar de
los contratiempos y frustraciones que puedan presentarse. Adecuar
las tendencias emocionales que guían o facilitan el logro
de los objetivos.

§ Empatía:
Ser capaces de reconocer las emociones ajenas, ponerse en el
lugar de otras personas. Esta capacidad se asienta en la
conciencia de uno mismo.

§ Habilidades
sociales:
Habilidad para relacionarnos adecuadamente con las
relaciones ajenas, lo que posibilita interactuar con otros,
comunicarse, influir, colaborar, manejar bien los conflictos y
las emociones en las relaciones, interpretando adecuadamente las
situaciones y las redes sociales.

Para una mayor comprensión de estas dimensiones
proponemos su análisis a partir de las derivaciones
ofrecidas por el propio Goleman en sus trabajos.

En este sentido, de las dimensiones tales como
conciencia de uno mismo, se derivan capacidades
como: Conciencia emocional (reconocer las propias emociones y sus
efectos) autovaloración adecuada (conocer fortalezas y
debilidades) y autoconfianza (seguridad en la valoración
que hacemos sobre nosotros mismos y sobre nuestras
capacidades).

La autorregulación supone
capacidades como el autocontrol (manejo adecuado de emociones e
impulsos conflictivos), la adaptabilidad (flexibilidad para
afrontar los cambios), entre otras.

La motivación integra la
motivación de logro (esforzarse por mejorar o satisfacer
un determinado criterio de excelencia), la iniciativa (prontitud
para actuar cuando se presenta la ocasión) y el optimismo
(persistencia en la consecución de objetivos a pesar de
los obstáculos y contratiempos).

La empatía que implica
(comprensión de los demás, desarrollo de los
demás, aprovechamiento de la diversidad,
orientación hacia el servicio).

Las habilidades sociales suponen
(fomentar las relaciones instrumentales, trabajar con otros en la
consecución de objetivos compartidos, creación de
una sinergia, complentación de energías que
contribuya a alcanzar los objetivos del grupo.)

Constituyen elementos de análisis primordiales,
la importancia que concedemos al reaprendizaje emocional; la cual
nos permite defender la posibilidad de remodelar los
hábitos emocionales en función de que favorezcan el
bienestar y desempeño eficaz del sujeto en las distintas
esferas de su vida.

Finalmente queremos subrayar que las habilidades
emocionales no se contraponen a las intelectuales o
cognoscitivas, sino que se integran, de igual forma que el
concepto de inteligencia emocional al de inteligencia, aunque la
presente investigación se centra en el desarrollo de
capacidades y habilidades emocionales, partiendo de que
éstas aportan al sujeto: persistencia, entusiasmo,
autocontrol y optimismo, necesarios para la salud, las
relaciones, el éxito y el bienestar humano, lo que
constituyen premisas importantes para el desarrollo personal de
los lanzadores y su rendimiento en la Competencia
deportiva.

1.5 Inteligencia Emocional: Su expresión en la
figura del lanzador en el béisbol.

"…Cada jugada está escrita en el viento, la
gloria está esperando a quien la sepa
leer…"

(Tomado de la canción "Soñar en azul" del
dúo Buena Fe)

En el alto rendimiento deportivo, las exigencias y
demandas de la competencia son cada vez mayores. Cuba ostenta
excelentes resultados en el béisbol, expuestos en eventos
nacionales e internacionales. Ello se sustenta en la ardua
preparación que reciben nuestros peloteros, y la entrega y
pasión desmedida de los cubanos hacia su deporte
nacional.

Santiago de Cuba es una de las provincias de nuestro
país que históricamente ha mostrado un elevado
nivel de calidad en la práctica del béisbol. Ello,
se constata en las repetidas obtenciones de títulos de
campeones nacionales, y en la presencia sistemática de
varios jugadores santiagueros en los equipos que nos representan
internacionalmente.

No han sido pocos los lanzadores que ha brindado el
pueblo santiaguero al movimiento deportivo con magníficos
resultados y records impuestos. Las carreras deportivas de
hombres como Braudilio Vinent, José Luis Alemán,
Norge Luis Vera, Ormari Romero, entre otros, nos permiten
confirmar lo antes mencionado. No obstante los resultados
actuales del pitcheo demandan una mayor preparación de
nuestros lanzadores.

El lanzador como ya se planteó anteriormente,
ocupa un puesto fundamental y decisivo en los equipos de
béisbol, por ser la figura de la que parten las acciones
ofensivas y defensivas, encontrándose bajo mucha
presión en las competencias.

Además de la innegable importancia de la
preparación física y táctica, la
preparación psicológica ocupa un lugar esencial en
la preparación del lanzador para la fase competitiva,
teniendo en cuenta las problemáticas que estos pueden
presentar antes, durante o después del juego de pelota,
expresadas en emociones, que tienen su base en el miedo a perder,
a fracasar, a equivocarse, a lesionarse, a hacer el
ridículo, a la competencia, a los rivales, a no poder dar
lo que se espera de ellos.

El desarrollo de las cualidades del atleta desde el
punto de vista personológico ocupa un lugar esencial en
este sentido, teniendo en cuenta todo lo que implica la carrera
deportiva en términos de consagración,
dedicación, obstáculos, renuncias, esfuerzos,
obligaciones, y compromisos.

Estos atletas comienzan su trayectoria deportiva desde
muy pequeños, y en aras de convertirse en deportistas de
alto rendimiento dedican la mayor parte del tiempo a los
entrenamientos, las competencias, quedándoles pocos
espacios para otras actividades características de la
etapa del desarrollo por la que atraviesan.

Las condiciones, el medio y los requerimientos del
deporte les demandan el desarrollo de procesos y cualidades
psíquicas anticipadamente, en relación con otros
adolescentes y jóvenes.

En el caso de los jugadores de béisbol estas
exigencias se hacen más notorias, ya que al ser
éste nuestro deporte nacional, posee a nivel social mayor
significación y alcance en relación con otros
deportes, razón por la que se articulan diversas
representaciones en torno al béisbol y sus jugadores,
integradas en opiniones, actitudes, conocimientos, creencias, que
a su vez orientan el comportamiento de todas aquellas personas
involucradas de alguna forma en este escenario, incluyendo al
público, los árbitros, entrenadores, jugadores,
amistades, familiares.

Estos introducen visiones sesgadas a las
representaciones adquiriendo dimensiones de estereotipos y
prejuicios, respecto a un jugador, a una jugada, a un equipo, a
una decisión, deformando la visión de la realidad
en correspondencia con los intereses y necesidades de cada
persona, es decir construyendo "su propia realidad".

Dichos sesgos en ocasiones nos imposibilitan comprender
que cada atleta posee características individuales, una
historia personal que los marca y determina sus comportamientos,
y que al igual que a otras personas se les presentan
dificultades, situaciones adversas, conflictos, los cuales
influyen en sus actuaciones y rendimientos.

De este modo estas representaciones y estereotipos
atraviesan la subjetividad del atleta; en este caso nos referimos
a los lanzadores, a quienes se les juzga doblemente por la
responsabilidad del triunfo o revés del equipo.

Ello influye en la aparición de reacciones
emocionales negativas de enojo, ira, ansiedad, inseguridad,
angustia, así como procesos autovalorativos inadecuados,
desmotivación, pesimismo, influyendo paralelamente en el
rendimiento y el bienestar del sujeto.

De aquí la necesidad de que el lanzador aprenda a
controlar sus emociones, de manera que éstas no influyan
en su desempeño profesional negativamente, partiendo de
que los estados emocionales del individuo condicionan su
actuación y a su vez el carácter de las emociones y
la estructura de los procesos emocionales dependen de la
actuación del sujeto.

Constituye la inteligencia emocional un sistema que
integra habilidades, competencias, capacidades y que puede ser
desarrollada en los lanzadores, teniendo en cuenta que no se nace
con ella, sino que es aprensible.

El desarrollo de la misma en los lanzadores
permitiría disminuir las tensiones, ansiedades, miedos,
conductas agresivas impulsadas por la ira, entre otras, que
tienden a disminuir el rendimiento y a provocar malestar en los
atletas.

Un lanzador que cuenta con los recursos
psicológicos que le provee la inteligencia emocional
tendrá más probabilidades de mostrar su capacidad
adaptativa y creadora ante los cambios, autocontrol,
motivación para lograr determinados objetivos y metas
propuestas, así como establecer mejores relaciones con sus
compañeros de equipo.

Se promovería mayor tolerancia a la
frustración, al fracaso, recursos de afrontamiento
superiores, resolución de conflictos y enfrentamiento
positivo a los cambios.

En correspondencia con lo antes expuesto y en aras de
darle cumplimiento a los objetivos de la investigación,
basándonos en el análisis de los referentes
teóricos asumidos y la situación problémica
del presente estudio, planteamos los siguientes indicadores
teóricos de desarrollo de la inteligencia emocional en los
lanzadores:

Reconocimiento de las propias emociones y
sentimientos y sus efectos en la actuación
deportiva:
Habilidad de identificación de
emociones y sentimientos que emergen comúnmente en la
actuación deportiva en función de comprender las
interrelaciones que se establecen entre las emociones,
sentimientos y su influencia en la práctica deportiva. Se
trata de reconocer cómo los sentimientos y emociones
influyen en el desempeño del lanzador, tanto positiva como
negativamente.

Índices de valoración:

Ser responsables de los efectos de emociones y
sentimientos en su actuación deportiva.

Tomar conciencia de debilidades y fortalezas en este
sentido, en función de adquirir una visión clara de
los puntos que deben fortalecer.

Desarrollo de una conducta reflexiva tendiente al
autodominio y autocontrol emocional.

Autocontrol: Habilidad para manejar y
regular emociones y sentimientos responsable y flexiblemente, de
manera que no intervengan nocivamente en la actuación
deportiva, en función de afrontar cambios y situaciones de
tensión durante los juegos. Mantenimiento del control de
las emociones con el fin de facilitar el rendimiento
deportivo.

Índices de valoración:

§ Regulación de
impulsos y emociones disociadoras.

§ Perseverancia y
optimismo ante contratiempos y conflictos que se le presentan a
los lanzadores durante el juego.

§ Desarrollo del nivel de
tolerancia hacia lo inesperado.

Motivación hacia la carrera
deportiva:
Habilidad de movilizar la conducta en
función de aprovechar oportunidades y fortalezas que
permitan alcanzar objetivos y metas propuestas, ayudarse a tomar
iniciativas, ser más eficaces y perseverantes frente a
contradicciones y contratiempos que se les presentan.

Índices de valoración:

§ Desarrollo de la
valoración adecuada del nivel de aspiraciones y
posibilidades reales.

§ Adecuación de las
tendencias emocionales que guían o facilitan el logro de
los objetivos propuestos mejorando la
actuación.

§ Motivación hacia
el logro de mejores resultados.

§ Operación con la
idea del éxito en lugar del miedo al fracaso.

Capacidad de Adaptación:
Capacidad para detectar, analizar y enfrentar satisfactoriamente
los continuos cambios que tienen lugar en el juego de
béisbol. Este indicador está relacionado con el
afrontamiento de múltiples demandas y el establecimiento
rápido y oportuno de las prioridades en determinadas
situaciones de juego, eliminando o disminuyendo la influencia
entorpecedora de emociones conflictivas o disociadoras en la
competencia.

Índices de valoración:

§ Desarrollo de la toma de
decisiones y autodeterminación.

§ Desarrollo de la
iniciativa.

§ Jerarquización
ante las múltiples demandas.

§ Asimilación de
las acciones que se le encomiendan y las decisiones de
árbitros o dirección del equipo.

El desarrollo de la inteligencia emocional, objeto de
nuestro estudio, expresado mediante estos indicadores
teóricos, estará encaminado esencialmente a
promover un aprendizaje que estimule las potencialidades del
sujeto, conduciendo a transformaciones en éste en los
ámbitos donde acontece su vida, propiciando la toma de
conciencia de las contradicciones que emergen en los mismos y el
protagonismo y la participación en la búsqueda de
nuevas alternativas y respuestas a las dificultades y exigencias
que se les presentan en el rol que asumen.

Es preciso comprender a los lanzadores como sujetos
psicológicos, lo que implica tener en cuenta la
interrelación que se establece entre su personalidad
(sistema de recursos psicológicos que posee, que se han
ido configurando, conformando, en determinadas estructuras), su
historia personal (experiencias, vivencias de éxitos,
fracasos, que pueden actualizarse y ejercer una influencia
directa en sus actuaciones), sus características
cognitivas (nivel de formación, calidad y funcionamiento
de los procesos que participan en la recepción,
asimilación, procesamiento y utilización de la
información), impulsores internos no conscientes(impulsos
sexuales, agresivos, compulsivos), características del
sistema nervioso central (fuerza, equilibrio y movilidad), su
estado funcional actual (nivel de satisfacción de
necesidades orgánicas, estados emocionales, estado de
salud) y la situación en la que se encuentra (ambiente
físico, natural, social y emocional).31

Estos componentes se integran dinámicamente,
aunque mantienen su influencia independiente y orientan los
comportamientos y la actividad del individuo. Constituyen
elementos de análisis significativos en tanto posibilitan
entender el funcionamiento de los lanzadores, verlos reflejados
en su integridad, resolver sus problemas psicológicos,
promover su autodesarrollo mediante la adquisición de
habilidades y la generación de acciones para desarrollar
hábitos y competencias personales, lo cual les
permitirá enfrentar exitosamente las exigencias de la
actividad deportiva, propiciar su crecer como individuos y
preservar la salud humana, siendo congruentes con los problemas
del quehacer psicológico.

En sentido general se abordaron en este capítulo
la aproximación a aspectos teórico
metodológicos que distinguen a la Psicología del
Deporte, rama a la que pertenece la presente
investigación.

Las características del béisbol como
deporte de conjunto y la reseña sobre el Equipo de
Béisbol de Santiago de Cuba nos permitieron valorar la
trascendencia del béisbol en nuestro país y
particularmente en nuestra provincia, los requerimientos desde el
punto de vista físico, técnico- táctico,
teórico y psicológico que les demanda la
preparación a los lanzadores y las asignaciones sociales
atribuidas, que explican estados emocionales negativos y
dificultades en sus actuaciones deportivas.

A partir de esta situación se hizo necesario el
acercamiento a la inteligencia emocional como alternativa de
cambio y crecimiento para los lanzadores, expresada mediante el
desarrollo de sus indicadores e índices de
valoración.

De este modo emerge la necesidad de sustentar la
investigación en una metodología capaz de propiciar
el cambio y la transformación, elementos que serán
explicados en el siguiente capítulo.

31 Arias Herrera Héctor: Propuesta para la
Estructuración de una Teoría de Sujeto
Psicológico. Sus implicaciones para la

Psicología. (Artículo en soporte
digital).

CAPÍTULO 2:

Aspectos
metodológicos de la investigación

"Para ser un verdadero investigador de la
verdad, es necesario, al menos una vez en la vida, poner en duda
todas las verdades anteriores".

Descartes

2.1 La Metodología Cualitativa.
Reflexiones Esenciales.

Los estudios de inteligencia emocional en su generalidad
se caracterizan por el empleo de la metodología
cuantitativa para la correlación de variables y la
medición del cociente emocional (CE) a través de
los test de inteligencia emocional.

No obstante, la presente investigación se
sustenta en la Metodología Cualitativa, por cuanto las
peculiaridades de la misma se corresponden con nuestro objeto de
estudio: el desarrollo de la inteligencia emocional en los
lanzadores del Equipo de Béisbol de Santiago de Cuba;
posibilitándonos aproximarnos a éste desde una
perspectiva sistémica, integradora, holística,
flexible; partiendo de las implicaciones y significados que para
el sujeto participante en la investigación posea cada paso
de la misma, haciendo de ésta un proceso interactivo donde
se concibe al individuo con la capacidad de la autonomía,
la creatividad y la singularidad.

Los presupuestos teórico-metodológicos del
paradigma cualitativo denotan idoneidad y pertinencia para la
presente investigación en tanto:

§ Se aspira a penetrar en
la subjetividad del individuo para comprender el significado de
las situaciones en que éste se encuentra, sus intenciones,
creencias, motivaciones que lo guían.

§ Se pretende una fuerte
interacción entre el investigador y el investigado, que
implica un trabajo intensivo y a profundidad con los sujetos de
la investigación. Desde esta perspectiva
epistemológica el escenario principal de la
investigación se ubica en la relación investigador
e investigado y en las diferentes formas de trabajo grupal que la
investigación presupone.

§ Permite la
descripción del sujeto en situaciones naturales de su
cotidianidad, haciendo un análisis a través de sus
manifestaciones y expresiones de los sentidos particulares que
configuran su subjetividad.

§ La información
brindada por un sujeto concreto puede ser significativa para la
producción del conocimiento, por lo que la
expresión individual del mismo adquiere gran relevancia,
en correspondencia con el lugar que puede tener en un momento
determinado para la producción de ideas en la
investigación.

§ La esencia de su
carácter interpretativo está dada por la necesidad
de descubrir el sentido de las expresiones de los sujetos
investigados. La interpretación es concebida como un
proceso en el que el investigador integra, reconstruye y presenta
diversos indicadores obtenidos durante la investigación,
los cuales cobran sentido no por ser tomados de forma aislada,
sino como parte de un proceso en el que funcionan en estrecha
interrelación con otros indicadores, constituyendo
instrumentos para la definición de zonas de sentido sobre
el problema estudiado. 32

§ Posibilita la
utilización de técnicas abiertas y
participativas.

§ La selección de
los sujetos de la investigación es realizada de manera
intencional.

§ Se empleará el
método de Investigación-
Acción-Participación (IAP) que responde a la
metodología cualitativa, en tanto se sustenta en los
mismos criterios y supuestos teóricos. Su
aplicación responde a los objetivos del estudio, los
cuales demandan la necesidad de transformación de la
realidad en que se opera, a partir del protagonismo de los
sujetos, quienes constituyen los principales artífices de
la modificación de su realidad.

32 González Rey Fernando:
Investigación Cualitativa en Psicología. Rumbos y
desafíos. Internacional Thomsom Editores.

2000

La IAP es una forma de indagación e introspectiva
colectiva, una investigación participativa y colaboradora.
Los participantes describen sus preocupaciones, exploran
qué piensan los demás, y se intenta descubrir
qué puede cambiar.

Partiendo de estos criterios, consideramos este enfoque
como una posibilidad de movilizar los recursos de los
participantes en la solución de las distintas
problemáticas que se les presentan, a partir de sus
potencialidades creadoras, dinámicas, autorreflexivas e
introspectivas.

Este método "es una forma de cuestionamiento
autorreflexivo asumido por los participantes en una
situación social, con el objetivo de mejorar la
racionalidad y la justeza de:

-Sus propias prácticas sociales.

-La comprensión de estas
prácticas.

-Las situaciones en que estas prácticas son
llevadas a cabo."33

Su objetivo es "proporcionar elementos que sirvan para
facilitar el juicio práctico en situaciones concretas,
donde la validez de las teorías dependerá de su
utilidad para ayudar a las personas a actuar de modo más
inteligente y acertado."34

Esta manera de investigar nos conlleva a considerar a
las personas como agentes autónomos y responsables,
participantes activos en la elaboración de sus propias
historias y condiciones de vida colectivas, es decir involucrados
en el proceso investigativo. A este enfoque le es inherente la
resolución de problemas, cuestión esencial para
nuestra investigación, permitiéndonos el
esclarecimiento de preocupaciones compartidas, y la consiguiente
transformación de la realidad en que se opera, teniendo en
cuenta la posibilidad que se deriva de proponer un proyecto
grupal que intente mejorar las condiciones existentes que afectan
al grupo.

Los referentes teóricos al concepto de grupo de
Pichón Riviere (Conjunto restringido de personas ligadas
entre sí, por constantes de espacio y tiempo, y
articuladas por su mutua representación interna, que se
proponen explícita o implícitamente realizar una
tarea, que constituye su finalidad, interactuando para esto a
través de complejos mecanismos de adjudicación y
asunción de roles.)

La necesidad de crear un espacio para la
reflexión en torno a determinadas creencias, actitudes,
estereotipos y comportamientos asumidos en el desempeño de
los lanzadores, los cuales interfieren negativamente en su
rendimiento; así como lograr mayor interacción con
los sujetos de la investigación, considerándoles
como actores y gestores de su propia realidad son algunas de las
razones que nos condujeron a proponer como dispositivo de trabajo
grupal: el Grupo de Reflexión, apoyándonos en
recursos como las técnicas participativas, el juego
dramático (Se valoró su empleo, pues aunque es un
recurso del Grupo Formativo, nos brinda la posibilidad de recrear
escenas de la vida cotidiana que evidencian conflictos generados
por las cargas socioculturales y constituye un disparador de la
reflexión y elaboración de problemas que el grupo
aborda), entre otros.

Los Grupos de Reflexión constituyen una modalidad
de los Grupos Operativos, que como lo definió su creador
E. Pichón-Riviére, "tienen la finalidad y el
propósito de movilizar las estructuras estereotipadas."
35

33 Kemmis, S.: Action Research. En Keeves J.P:
Educational research, methodology and measurement, an
international handbook. Exeter Wheaton & Co, 1988. Citado en:
Rebollar Sánchez Maricel: Intervención Comunitaria.
La Metodología de los Procesos Correctores Comunitarios.
Una alternativa para el crecimiento humano en la comunidad.
Centro Nacional de Educación Sexual. La Habana,
2003.

34 Elliott, J: El cambio educativo desde la
Investigación Acción. Ediciones Morata S.L. Madrid,
1993. Citado en: Rebollar Sánchez Maricel:
Intervención Comunitaria. La Metodología de los
Procesos Correctores Comunitarios. Una alternativa para el
crecimiento humano en la comunidad. Centro Nacional de
Educación Sexual. La Habana, 2003.

35 Dellarossa Alejo: Los grupos de Reflexión.
Editorial Paidós, Buenos aires, Argentina, 1979. Citado en
Burín Mabel: Estudios sobre la subjetividad femenina.
Mujeres y salud mental. Editorial, lugar, Montevideo,
Uruguay.

Constituyen un espacio de construcción de
conocimientos y resignificación de las experiencias a
partir de la vivencia grupal.

Teniendo en cuenta nuestro objeto de estudio,
consideramos coherente visualizar al grupo como dispositivo, lo
cual supone a su vez la utilización del grupo como espacio
psicológico, que implica el desarrollo de determinadas
habilidades en sus miembros, a través de un trabajo grupal
específico. Este dispositivo deberá estar en
función de promover las condiciones para que los
integrantes del grupo construyan miradas nuevas acerca de su
realidad inmediata y los procesos que la subyacen.

De este modo el espacio grupal se erige como una
construcción sociopsicológica que se hace visible
desde las particularidades de su dinámica y resulta ser un
lugar operativo de transformaciones al facilitar la apertura a la
toma de conciencia de los aspectos que intervienen en la
actuación deportiva, específicamente en el
desempeño del rol de lanzadores, tomando como punto de
partida los indicadores a desarrollar identificados

2.2 Diseño Metodológico

Problema de
Investigación:

¿Cómo contribuir al desarrollo de la
Inteligencia Emocional en los lanzadores del Equipo de
Béisbol de Santiago de Cuba?

Para lo cual nos trazamos como:

Objetivo General:

Implementar una estrategia de intervención
psicológica que contribuya al desarrollo de la
Inteligencia Emocional en los lanzadores del Equipo de
Béisbol de Santiago de Cuba.

Objetivos Específicos:

§ Determinar los
indicadores teóricos de desarrollo de la inteligencia
emocional en los lanzadores.

§ Caracterizar las
manifestaciones de estos indicadores en los
lanzadores.

§ Diseñar una
estrategia de intervención psicológica que
contribuya al desarrollo de la Inteligencia Emocional en los
lanzadores.

Y como Idea a defender:

La implementación de una estrategia de
intervención psicológica que contribuya al
desarrollo de la inteligencia emocional constituye una necesidad
para los lanzadores del Equipo de Béisbol de Santiago de
Cuba, en tanto permitirá optimizar su desarrollo personal
y rendimiento deportivo.

2.2.1 Definición de los principales
conceptos.

Inteligencia Emocional: Capacidad
potencial de la cual se dispone para aprender las habilidades
prácticas basadas en la conciencia de uno mismo, la
motivación, el autocontrol, la empatía y la
capacidad de relación.36

Estrategia de Intervención:
Conjunto de acciones orientadas hacia la proyección del
proceso de transformación de problemas detectados en un
determinado segmento de la actividad humana desde un estado real
a un estado deseado, por lo que posee un carácter
práctico. 37

Lanzador: Jugador de béisbol que
ocupa una posición defensiva de gran complejidad que
demanda su preparación integral y particularizada, desde
el punto de vista físico, técnico-táctico,
teórico y psicológico, en tanto influye
directamente con su desempeño en las acciones ofensivas y
defensivas del juego, adjudicándosele una elevada
responsabilidad en los resultados que obtiene su
equipo.38

36Martínez Gómez Cristóbal:
Consideraciones sobre Inteligencia Emocional. Editorial
Científico Técnica, La Habana,
2008.

37 Concepto elaborado por la autora de la
investigación.

38 Ídem

2.2.2 Selección y caracterización de
los sujetos de la investigación.

La presente investigación se llevó a cabo
en el Estadio Guillermón Moncada, ubicado en Avenida de
las Américas, contexto del Equipo de Béisbol de
Santiago de Cuba.

El grupo de sujetos de la investigación
quedó conformado por 13 de los 14 lanzadores del Equipo de
Béisbol de Santiago de Cuba, partiendo de los resultados
del diagnóstico realizado por el psicólogo del
equipo y las dificultades identificadas en el banco de problemas
en el área de los lanzadores (Ver anexos), los cuales se
evidenciaron en las actuaciones de cada uno de estos en la 48
Serie Nacional de Béisbol, y la inexperiencia en Series
Nacionales de algunos.

Una vez seleccionados los sujetos, se incluyeron
definitivamente en la investigación a partir
de:

§ Su interés y
disposición para participar en la
investigación.

§ Sus posibilidades de
estabilidad y permanencia en las sesiones de trabajo.

El grupo de lanzadores cuenta con las siguientes
características sociodemográficas:

– 5 lanzadores novatos (no han tenido
participación en Series Nacionales) entre 17 y 18
años, para un promedio de edad de 17 años, el
más corto de lanzadores novatos en relación con los
restantes equipos de la Serie Nacional 49.

– 8 lanzadores entre 23 y 32 años que representan
un promedio de edad de 25 años, con participación
en Series Nacionales entre 1 y 12 ocasiones.

– 11 de ellos comenzaron su trayectoria deportiva como
jugadores de béisbol entre los 7 y 12 años de
edad.

– Sólo 2 han continuado estudios
superiores.

– 4 se desempeñan como lanzadores abridores, 8
como lanzadores relevistas, 1 realiza ambas funciones.

2.2.3 Acceso al campo.

El contacto con el Equipo de Béisbol de Santiago
de Cuba surge a raíz del convenio establecido entre el
Departamento de Psicología de la Universidad de Oriente y
el Centro Provincial de Medicina Deportiva.

El período de las Prácticas Laborales
Investigativas (PLI IV) constituyó el marco propicio para
el intercambio con miembros de la dirección del equipo que
mostraron la preocupación por los resultados del cuerpo de
lanzadores y la necesidad de llevar a cabo investigaciones en
aras de erradicar las dificultades de índole
psicológica esencialmente, presentadas por
estos.

Como respuesta a dicha demanda comunicamos el
interés de trabajar con los lanzadores, para lo cual se
negociaron los términos de la investigación con la
dirección del equipo y los lanzadores.

2.3 Métodos y Procedimientos
empleados.

Métodos empíricos:

I. Revisión de documentos: Se
analizaron los diagnósticos realizados por el
psicólogo del equipo a los lanzadores y el banco de
problemas del conjunto, con el fin de identificar las principales
dificultades presentadas por los lanzadores.

II. Entrevista a profundidad a los
lanzadores:
Con el objetivo de valorar el alcance de las
dificultades presentadas por los lanzadores en el
desempeño de su rol, los recursos disponibles para su
solución, así como las manifestaciones de los
indicadores de inteligencia emocional analizados. Se llevaron a
cabo de manera individual, de forma conversacional.

III. Observación abierta:
Utilizada con el objetivo de valorar el desempeño de los
lanzadores sujetos de la investigación y factores externos
que influyen en su práctica. Se realizaron observaciones
de los entrenamientos y de juegos de béisbol frente a
otros equipos.

IV. Grupo de Reflexión: Con el
objetivo general de propiciar un espacio de reflexión en
el que a partir de la identificación de las dificultades
existentes, se comprenda la necesidad del desarrollo de la
inteligencia emocional como una capacidad potencial de la cual se
dispone para aprender habilidades prácticas que brindan
mayores posibilidades de éxito en el desempeño de
su rol como lanzadores.

Diseño de las sesiones de trabajo
grupal

A partir de la información obtenida mediante
estas técnicas se estructuran las sesiones del
Grupo de Reflexión con el objetivo general
de propiciar un espacio de reflexión en el que a partir de
la identificación de las problemáticas existentes,
se comprenda la necesidad del desarrollo de la inteligencia
emocional como una capacidad potencial de la cual se dispone para
aprender habilidades prácticas que pueden contribuir a
partir de su aplicación en la actuación deportiva a
un desempeño exitoso.

Cada sesión del grupo de reflexión posee
sus objetivos y están diseñadas en correspondencia
con los indicadores teóricos de inteligencia emocional
analizados.

El diseño cuenta con 5 encuentros que se
corresponden con las dificultades identificadas y los indicadores
de inteligencia emocional analizados.

Sesión 1 "¿Cómo soy en el
terreno?"

Objetivos: Realizar encuadre (Presentación
de la metodología que se utilizará, normas del
trabajo grupal). Crear un clima favorable para la
reflexión y trabajo en grupo. Valorar la importancia de
identificar y comprender las emociones y sentimientos que emergen
en el lanzador durante la actividad deportiva en función
de establecer interrelaciones entre el conocimiento de dichas
emociones y sentimientos y su influencia en la actuación
deportiva.

Contenidos:

§ Concepción de
inteligencia en función del control emocional en la
actividad deportiva.

§ Necesidad de la
identificación y comprensión de emociones y
sentimientos para su influencia positiva en la actuación
deportiva.

§ Importancia de mantener
una conducta flexible y reflexiva que propicie la autoconciencia
y autovaloración de sus características como
lanzador de modo tal que permita la identificación y el
trabajo con las fortalezas y debilidades en la actuación
deportiva.

Recurso Metodológico: Técnica
participativa

Sesión 2: "Aún con las bases
llenas…yo sí puedo"

Objetivo: Reflexionar en torno a la necesidad de
mantener el dominio de las emociones y sentimientos, aún
en las situaciones más tensas de los juegos, en
función de facilitar resultados positivos en la
competencia.

Contenidos:

§ Emociones positivas vs.
Emociones negativas o disociadoras. Su regulación para una
mejor actuación deportiva.

§ Tolerancia, optimismo y
perseverancia ante las distintas situaciones y contradicciones
que se producen en los juegos.

§ Importancia del
autocontrol emocional para el lanzador.

Recurso Metodológico: Juego
Dramático.

Sesión 3: "Lanzador que
persevera…"

Objetivos: Valorar las expectativas y
representaciones que poseen los lanzadores respecto a logros
individuales y del equipo. Reflexionar en torno a la necesidad de
proponerse metas y objetivos para su crecimiento como lanzadores,
aprovechando las oportunidades y fortalezas en función de
alcanzarlos, partiendo de la identificación de debilidades
y necesidades de desarrollo. Valorar las asignaciones sociales
asumidas en el comportamiento de los lanzadores en torno al rol
que asumen.

Contenidos:

§ Importancia de la
valoración adecuada del nivel de aspiraciones y
posibilidades reales, así como la identificación de
debilidades y fortalezas.

§ Necesidad de adecuar las
tendencias emocionales para el logro de mejores resultados
(Iniciativa, optimismo, autocontrol).

§ Congruencia entre las
metas, objetivos propuestos y las acciones realizadas para
lograrlos.

Recurso Metodológico: Técnica
participativa

Sesión 4: "Lanzador que se
duerme…"

Objetivo: Reflexionar en torno a la necesidad de
análisis, estudio y revisión de los continuos
cambios y demandas a los que se enfrenta el lanzador en aras de
promover su capacidad de afrontamiento y
adaptación.

Contenidos:

§ Autodeterminación
del lanzador en las distintas situaciones de juego. Toma de
decisiones.

§ Jerarquización
ante las múltiples demandas que se le pueden presentar en
un juego.

§ Asimilación de
las acciones que se le encomiendan y de las decisiones de la
dirección del equipo y los árbitros.

§ Confianza en los
restantes miembros del equipo.

Recurso Metodológico: Técnica
participativa

Sesión 5: Evaluación y
Cierre

Objetivos: Promover la integración de las
reflexiones realizadas durante las sesiones anteriores,
enfatizando en la valoración de las experiencias y
vivencias suscitadas en los participantes del Grupo de
Reflexión. Hacer el cierre del trabajo grupal.

Contenidos: Reflexiones sobre las experiencias
del grupo de reflexión. Valoración de nuevas
propuestas para su preparación como lanzadores. Cierre del
trabajo grupal.

Recurso Metodológico: Técnica
Participativa y Análisis del documental "Santiago sigue
siendo Santiago" del realizador santiaguero Arturo Smith, donde
se recogen los momentos más importantes de la Serie
Nacional 47, en la que el Equipo Santiago obtiene el
título de Campeón Nacional.

De este modo, los indicadores teóricos de
inteligencia emocional fueron sistematizados en cada una de las
sesiones de manera directa(a través de los temas y
contenidos tratados) y de manera indirecta (mediante los recursos
del trabajo grupal empleados).

Procedimiento para el Análisis de los
Resultados

La evaluación será llevada a cabo
atendiendo los distintos momentos del trabajo grupal:

§ Momento Inicial:
Se realizan los primeros comentarios entre la coordinación
y el grupo, encuadre de la sesión, caldeamientos
generales, específicos, se crea un ambiente favorable para
la inserción del grupo en la tarea propuesta.

§ Desarrollo: Se
realiza el planteamiento temático, la coordinación
propone elementos de análisis que estimulen la
reflexión grupal, se elaboran reflexiones por parte de los
miembros del grupo y se hace una devolución por parte del
coordinador a partir de los emergentes temáticos y
dinámicos y en correspondencia con los elementos
planteados por el grupo facilitando la comprensión y
construcción grupal.

§ Cierre: Se
integra y evalúa todo lo generado por el grupo durante la
sesión, ya

sean ideas, representaciones, sentimientos,
contradicciones.

Para el procesamiento de la información se
tuvieron en cuenta el Análisis Temático
(donde se analiza lo explícito: el discurso grupal y lo
más recurrente en éste, facilitándonos la
identificación de sentidos, significados y
representaciones en torno a determinados temas y/o situaciones)
y Dinámico (donde se analiza lo implícito).
Este análisis se realizó tomando como referente la
guía de observación de grupos propuesta por Enrique
Pichón Riviére (Ver Anexo 5) en la que se valoran
la pertenencia, pertinencia, cooperación,
comunicación, aprendizaje y telé en el
grupo
.

Se utilizaron dos observadoras para registrar estos
datos, una encargada del Análisis Temático y otra
del Dinámico.

Para una mayor coherencia y efectividad de la
coordinación del grupo se esclarecieron las principales
funciones de la coordinadora: Señalamientos,
Síntesis, Información pertinente, y
explicitación de supuestos ideológicos que subyacen
ideas, creencias y actitudes. 39

Favorecer y estimular la reflexión grupal a
partir del tratamiento de las dificultades y obstáculos
presentados por los miembros del grupo, así como
contribuir a generar nuevas acciones, alternativas y propuestas
ante las temáticas manejadas constituyen propósitos
imprescindibles para una coordinación eficaz en aras de la
aplicación adecuada del Grupo de
Reflexión.

2.4 Análisis de los Resultados de la
Investigación

Caracterización de los indicadores de
desarrollo de Inteligencia Emocional en los
lanzadores.

La valoración de resultados estuvo en
función del análisis de la expresión de los
indicadores teóricos de desarrollo de la inteligencia
emocional en los lanzadores ilustrados en el Capítulo
1.

Reconocimiento de las propias emociones y
sentimientos y sus efectos en la actuación
deportiva:
Se evidencia una insuficiente actividad
introspectiva y autovalorativa como lanzadores,
imposibilitándoles tomar conciencia de sus fortalezas y
debilidades en el rol que desempeñan, así como
orientar sus esfuerzos hacia el perfeccionamiento de estas
peculiaridades.

La escasa reflexión en torno a la influencia que
ejercen los estados anímicos, las emociones y sentimientos
en la práctica deportiva trae consigo la vulnerabilidad de
los lanzadores ante situaciones que les provocan disgusto, enojo,
angustia, ira; al propinar base por bolas al rival, cuando uno de
sus compañeros de equipo comete un error a la defensa, o
cuando el bateador logra conectarle a uno de sus
lanzamientos.

Esta situación da cuenta de la necesidad de
promover conductas reflexivas como vía para el logro de
una conciencia emocional en los lanzadores que permita
contrarrestar estados anímicos negativos y emociones
disociadoras que influyan inadecuadamente en la actuación
deportiva.

El desarrollo de la autovaloración constituye una
premisa importante para obtener mejores resultados, en tanto
permite que el lanzador tome conciencia de sus necesidades de
aprendizaje, sus debilidades y trabaje consciente y activamente
en el mejoramiento de las mismas, lo cual contribuirá al
desarrollo de su iniciativa, creatividad y mayor
implicación en su preparación como
atleta.

Autocontrol: La actuación
deportiva de los lanzadores se caracteriza por el desequilibrio y
la pérdida del control emocional. En esta situación
cobran vital importancia las adjudicaciones realizadas al rol del
lanzador, en tanto la forma de evaluarlo en "juegos ganados y
perdidos", a pesar de ser un juego de equipo, le imprimen a su
práctica mayor tensión y ansiedad. Se hace visible
la falta de recursos psicológicos en los lanzadores para
manejar adecuadamente las situaciones que tienen lugar en el
juego de béisbol, a las que hicimos referencias en el
capítulo anterior.

39 Coria C: El sexo oculto del dinero. Editorial Gel
Buenos Aires, Argentina, 1986. Citado en Reyes Rosa María:
Autonomía en mujeres profesionales. Una estrategia de
intervención para su desarrollo (Tesis en opción al
grado científico de Doctora en Ciencias
Psicológicas) Universidad de La Habana,
2008.

La supremacía de emociones y estados de
ánimos negativos ante características inherentes a
la práctica de este juego (una decisión arbitral
polémica, un público exigente que expresa sus
emociones incluso a través de insultos a los jugadores o
el éxito del rival en el momento de batear) dan cuenta de
la ausencia de mecanismos autorreguladores que propicien
respuestas emocionales más inteligentes, que favorezcan su
desempeño como lanzadores. Esta dificultad nos corrobora
la falta de actividad reflexiva y autocrítica en torno a
sus comportamientos en la actividad deportiva, por lo que ante
contratiempos y contradicciones en el juego se pierde
fácilmente la concentración, el optimismo y el
control emocional.

Los estados anímicos positivos están
condicionados por la obtención de buenos resultados,
cuestión que denota insuficiente autocontrol emocional
para un manejo y procesamiento adecuado de las exigencias que se
les presentan como lanzadores.

Motivación: Se evidencia un alto
sentido del amor, entrega y orgullo hacia la carrera deportiva.
Sus metas y planes futuros están direccionados hacia una
de sus actividades vitales, sus carreras como lanzadores, sin
embargo no existe una organización consciente y
estructurada de acciones y estrategias que les permitan alcanzar
dichas metas.

No obstante se observó en uno de los lanzadores
más jóvenes la definición de modelos y
paradigmas a seguir en su carrera, lo cual da cuenta de elementos
motivacionales que guían y orientan sus acciones en la
práctica y lo llevan a comparar sus comportamientos con
las características del modelo, a través de lo cual
puede movilizar recursos de su personalidad en el planteamiento
de metas superiores de comportamiento.

La disciplina, dedicación y entrega de algunos
lanzadores a sus entrenamientos constituyen potencialidades que
favorecen su preparación física y
técnico-táctica. Sin embargo no se le es otorgada
la misma importancia a la preparación teórica y
psicológica, cuestión que influye en el
insuficiente desarrollo de mecanismos y recursos
psicológicos que les permitan enfrentarse exitosamente a
la competencia deportiva y que también influyen en su
preparación física y técnico-táctica
al estar estrechamente interrelacionadas.

Su preparación como lanzadores posee un
carácter esencialmente mecánico y reproductivo,
reducida a las orientaciones recibidas por los entrenadores, por
lo que consideramos la necesidad de promover la
autopreparación consciente, voluntaria y
espontánea, teniendo en cuenta el estudio de las
potencialidades de cada uno, sus necesidades de desarrollo, en
correspondencia con los rivales a los que se enfrentará,
en tanto cada equipo, jugador y juego poseen sus
particularidades, lo que posibilitará mayor seguridad,
implicación y actitud consciente, partiendo de su
concepción de sujetos, en función de enriquecer su
práctica como lanzadores, sin restarle importancia al
trabajo de los entrenadores.

Capacidad de Adaptación: Se
aprecia sobre todo en los lanzadores más jóvenes
tendencia a la desconcentración e inmovilidad ante
situaciones de juego que requieren su rapidez y dinamismo. Estas
expresiones de inseguridad y desconcierto están asociadas
a su temor al fracaso, a no poder cumplir las expectativas
respecto a su rendimiento.

La adjudicación del rol protagónico al
lanzador en el béisbol, trae consigo la pérdida de
la noción del trabajo en equipo, por lo que se observa la
emergencia de emociones negativas cuando sale otro lanzador a
calentar para relevar a su compañero, lo cual denota la
necesidad de promover el trabajo en equipo y la cohesión
grupal entre los lanzadores.

Ante situaciones de juego inesperadas que ponen en
riesgo la victoria para el lanzador se evidencia un cambio brusco
en la actuación que hasta ese momento había llevado
a cabo, dando cuenta de la insuficiente adaptabilidad, la baja
tolerancia ante estas situaciones y la ausencia de recursos y
mecanismos autorreguladores que le permitan sobreponerse a dicha
situación y continuar cumpliendo sus funciones
ecuánimemente, por lo que enfatizamos en la necesidad de
que la preparación del atleta debe incluir la
representación mental de estas jugadas, de modo tal que su
previsión contribuya a que el lanzador se prepare
psicológicamente y pueda enfrentarlas
exitosamente.

La capacidad de observación y análisis de
algunos lanzadores constituyen potencialidades que deben ser
estimuladas en tanto les permiten enfrentar satisfactoriamente
los continuos cambios, en la medida en que es capaz de superar
una jugada desacertada, una decisión arbitral
polémica o un error de un compañero.

De este modo se aprecian formas primarias de desarrollo
de los indicadores y sus índices de valoración
planteados, lo que da cuenta de su desarrollo insuficiente, la
acriticidad de las contradicciones y dificultades existentes,
así como el desconocimiento de los lanzadores de su papel
como sujetos modificadores de esa realidad.

Análisis
temático y dinámico de las sesiones de trabajo
grupal

Sesión 1

Análisis Temático:

Cada participante expresa mediante las expectativas y
opiniones respecto al trabajo grupal la importancia que le
conceden a la preparación psicológica de modo tal
que beneficie los resultados esperados de la actuación
deportiva.

En frases como: "Cuando físicamente te
sientes preparado, la parte emocional te traiciona", "Si el
lanzador no está preparado psicológicamente, no
puede desarrollarse en el terreno", "El trabajo
psicológico nos resulta fundamental para la
liberación de tensiones" "La ansiedad es lo más
frecuente en el terreno
", "Aunque tu
preparación y estado físico sean buenos, al ver al
contrario te sientes como en competencia y quieres hacer hasta lo
que no puedes por ganar
"; se evidencian estados
emocionales relacionados con la actuación deportiva de los
lanzadores, lo que da cuenta de la necesidad de lograr su control
a través de la preparación psicológica en
aras de favorecer su desempeño.

Luego de escuchar los principales intereses y
expectativas de los miembros del grupo en torno a su
participación en la investigación, y haber
realizado una breve devolución por parte de la
coordinación, se introducen las temáticas a tratar
enfatizando en la comprensión de la inteligencia emocional
como un sistema de habilidades y capacidades que de ser
desarrolladas y aplicadas en la actividad deportiva pudieran
contribuir al logro del control de los estados emocionales en los
lanzadores, permitiendo elevar su rendimiento y desarrollo
personal.

Durante el caldeamiento específico se pudo
apreciar la asociación de sentimientos y emociones
positivas (alegría, placer, gozo) a las representaciones
de éxitos, victorias y resultados positivos en la
competencia, y emociones negativas de tristeza, culpa, enojo,
ira, desesperación, pesimismo, ante las representaciones
de lanzadores que han perdido un juego, que cometieron un error,
que fueron insultados por el público, que no fueron
efectivos por haber sido bateados.

A partir de la valoración del tiempo de
duración de los estados emocionales y el comportamiento a
partir de la experiencia negativa, se evidencia la ausencia de
mecanismos reguladores y recursos personológicos que les
posibiliten afrontar estas situaciones con respuestas emocionales
más inteligentes, creativas y desarrolladoras (optimismo,
autosugestión, convencimiento, autoaprendizaje,
perseverancia, confianza e incorporación de experiencias
negativas).

Las reflexiones generadas mediante esta técnica
de caldeamiento específico nos permitieron valorar en el
grupo, la interrelación que se establece entre los estados
emocionales que emergen en la actuación deportiva y los
resultados de ésta, por cuanto una vez que los lanzadores
experimentan malestares y contrariedades por una situación
de este tipo, pierden por lo general la concentración, el
dominio y control que hasta ese momento habían mantenido
en el juego.

Además se evidenciaron insatisfacciones e
inconformidades respecto a dichas situaciones: "Nosotros
no vamos al trabajo de nadie a criticar a nadie", "El
público agrede mucho a los lanzadores, sin tener en cuenta
que somos seres humanos", La culpa muchas veces se nos echa a
nosotros sin tener en cuenta que a veces lanzamos lo que nos pide
el receptor, y eso predispone a uno".

Estos comentarios dan cuenta de necesidades de
reconocimiento, afectaciones de la autoestima y poca tolerancia a
las valoraciones negativas, cuestión que nos reitera la
necesidad de promover en estos recursos y habilidades vinculadas
a la inteligencia emocional que les posibiliten manejar estas
situaciones adecuadamente.

A través del ejercicio de las frases inductoras,
se intercambiaron vivencias personales de cada lanzador que
viabilizaron el debate. Se hizo un análisis comparativo
entre situaciones de juego en las que prevaleció el
autodominio y autocontrol del lanzador, en tanto éste se
sentía seguro, confiado, decidido, y a pesar de las
situaciones inesperadas mantuvo un estado anímico positivo
y otras en las que ante una situación tensa el lanzador se
sentía abatido, inseguro, y perdía el control del
juego.

Se expresaron vivencias que viabilizaron la
comprensión de los contenidos de la sesión y su
importancia: "En una ocasión Vera no se
sentía muy bien de salud, y comenzó perdiendo el
juego, su confianza y seguridad lo hicieron sobreponerse y
ganarlo". "Una vez frente a Industriales estaba lanzando muy
bien, vino Tabares y me dio home run y desde ese momento me fui
por completo del juego, hubo que sacarme".

No obstante se evidenciaron actitudes y comportamientos
con insuficiente cuestionamiento y análisis hacia el
malestar que les genera ver a otro lanzador calentando, lo que
demuestra la insuficiente comprensión de la
significación del trabajo en equipo, poca conciencia del
sentido del límite y la necesidad del cambio, así
como reacciones emocionales desfavorables para su
desempeño.

Se identificaron durante el debate emociones,
sentimientos y actitudes que tienen su base las asignaciones
sociales inherentes al rol de lanzador desde la misma
concepción del béisbol, y asumidos por estos en su
práctica, tales como: "El lanzador es el que pierde
o gana el juego
", pues según lo que rige
oficialmente este deporte la evaluación del lanzador es
realizada teniendo en cuenta la cantidad de juegos ganados y
perdidos, cuando sabemos que aunque el lanzador posea un papel
fundamental, el béisbol es un deporte de equipo y en los
resultados de un juego intervienen múltiples

factores. Este análisis se centra en la necesidad
de que los lanzadores se preparen para afrontar exitosamente
estos modos de valoración.

"Si se pasan toda una vida lanzando y entrenando,
no deberían equivocarse
", creencia
errónea, pues los resultados óptimos en la
actividad deportiva son el resultado de años de
preparación, desarrollo físico, técnico,
táctico, psicológico, aprehensión de
experiencias, por lo que lógicamente no dependen
sólo del tiempo de preparación del
atleta.

"Ya se enfrentaron antes a ese equipo o a ese
bateador y lo han dominado ¿cómo ahora le batean
fácilmente?"

Igual que el lanzador se prepara para enfrentarse al
bateador, sucede lo mismo a la inversa, por lo que este
razonamiento es inconsecuente y evidencia la necesidad de elevar
el nivel de preparación.

La incorporación de estas creencias da cuenta de
la insuficiente conciencia crítica y capacidad de
reflexión en cuanto a las implicaciones y funciones del
rol de lanzador.

La coordinación enfocó la
devolución en la visualización del lanzador como
sujeto, en tanto su funcionamiento en todas las esferas de su
vida, incluso en el deporte dependen del desarrollo de su
personalidad, la situación en la que se encuentre, su
historia personal, su estado funcional; cuestiones que explican
los cambios, contradicciones y avances en la carrera deportiva de
un atleta.

Se enfatizó en la importancia de aprender de los
momentos de crisis y dificultades, revirtiendo las situaciones y
extrayendo elementos positivos de éstas para venideras
actuaciones y como objeto de análisis en su
preparación, así como la necesidad de comprender la
influencia de los estados emocionales en la actuación
deportiva y a partir de aquí adecuarlos en función
de obtener resultados favorables.

En el momento de cierre en el cual se les sugirió
que depositaran un sentimiento que les perturbara se apreciaron
entre las principales dificultades y emociones negativas de los
lanzadores más jóvenes y menos experimentados:
"El miedo y la tensión a ocupar su posición
ante tantos espectadores, a no poder enfrentar una
situación difícil y a lo que pensarán sus
compañeros
".

En los restantes lanzadores se evidenciaron muestras
fundamentalmente de ansiedad, angustia e inseguridad "Por
no poder dar lo que se espera de ellos
", cuestiones
lógicas, teniendo en cuenta las características del
béisbol y de la posición que ocupan, por lo que se
trata de controlar y regular dichas emociones en función
de su bienestar y resultados positivos.

Consideramos la necesidad de una preparación
psicológica que promueva el cuestionamiento, la
introspección, reflexión de todos aquellos
elementos que intervienen en la actividad deportiva, facilitando
una preparación más activa, consciente y
desarrolladora en los lanzadores.

Análisis Dinámico:

Pertenencia: En esta primera
sesión asistieron 12 de los 13 miembros del grupo
convocados, mostrándose interés, disposición
y motivación por la tarea. En un primer momento (durante
el encuadre y caldeamiento) se manifiestan resistencias mediante
risas, burlas, comentarios, estiramientos. En el transcurso de la
sesión se logró una actitud positiva y grado de
aceptación de la tarea. Se muestran interesados,
preocupados y dispuestos durante el cierre de la sesión,
aunque les costó trabajo comprender lo que debían
hacer. En este sentido el papel del líder (lanzador
experimentado) nos facilitó el cumplimiento de la misma.
Consideramos que hubo identificación con el proceso grupal
teniendo en cuenta que lo caracterizaron espontáneamente
como: novedoso, interesante, necesario, y reiteraron
voluntariamente su deseo de participar en todas las
sesiones.

Pertinencia: En sentido general el grupo
se centró en las tareas propuestas, aunque hubo
dificultades para comprender inicialmente en qué
consistían. Además se manifestaron resistencias en
el momento de realizar la técnica "Caminando",
considerándola en un primer momento "ridícula e
innecesaria". El líder contribuyó a la
funcionalidad de la tarea, comenzando a realizarla
desinhibidamente, e incitando a sus compañeros a seguirlo.
A partir de este momento consideramos que el grupo fue
pertinente.

Partes: 1, 2, 3, 4
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